El Trenazo de Tehuacán de 1991

El Trenazo de Tehuacán de 1991

publicado en: Históricas, Social | 0

El Trenazo de Tehuacán de 1991: Pocos hechos tienen la capacidad para definir un antes y después en las ciudades contemporáneas, pero este es el caso del que hablaremos hoy.

 

El 19 de noviembre de 1991 un accidente ferroviario marcó la historia moderna de Tehuacán, el  tren 9130 de 20 furgones cargado con más de 2 mil toneladas de cemento y diversos granos, entró a nuestra ciudad a más de 180 km/h, el desenlace es un hecho que conmovió a México y que puso a los tehuacaneros en el ojo de las televisoras internacionales.

 

Diversos testimonios señalan que el maquinista, de nombre Antonio Sergio Castellanos Conde, avisó en repetidas ocasiones de los desperfectos que la máquina 1131 presentaba. Se dice que el equipo después de una revisión el 18 de noviembre sufrió un corto circuito en los cables de corriente eléctrica, motivo por el cual la máquina debía enviarse a Puebla para su reparación, olvidándose de corregir las fallas neumáticas y motrices.

 

Al otro día (martes 19 de noviembre) Castellanos Conde pese a su negativa, fue obligado a realizar un viaje con el tren 9130 de la estación de Esperanza hacia Tehuacán, todavía a las 11 de la mañana hicieron una revisión de las condiciones motrices y al no detectar fallos decidieron continuar con el trayecto.

 

Comienza la pesadilla:

En el kilómetro 23 una avería en el sistema neumático de la locomotora inutilizó los frenos, parecía que el escenario no podía ser peor, pues desde este tramo señalado a las afueras de Miahuatlán el tren seguiría una pendiente que lo aceleró a velocidad máxima. Los garroteros y el maquinista sabían el peligro que corrían e intentaron desenganchar los vagones, que de los 20 originales sólo quedaron 14, sin embargo nada más se pudo hacer, lanzándose del tren en movimiento para salvar la vida.

 

A las 12:45 el tren ingresó a más de 180 km/h a Tehuacán, sin chocar con vehículo alguno; su paso acelerado atrajo la atención de los administradores de la estación de Peñafiel, que nada pudieron hacer pues se percataron de la tragedia al mirar que la locomotora no llevaba operadores… apenas unos metros adelante, la máquina volcaría en el cruce de José Garci-Crespo y la antes llamada Avenida de Las Américas, justo frente al Colegio Benavente.

 

El estruendo fue terrible, la locomotora de más de 100 toneladas se levantó en el aire y rodó, arrastrando consigo a los vagones que se comprimieron uno contra otro, creando una nube de polvo de cemento y tierra mezclados con humo negro, cobijada por los gritos de personas mutiladas, revueltas en un rompecabezas de automovilistas, espectadores y pasajeros.

 

 

Minutos después del trenazo:

Era la peor hora para este accidente, muchos padres de familia iban a recoger a sus hijos a la escuela, había gente en la calle realizando sus actividades diarias y un tráfico congestionado, con el transporte público a tope; sobra decir que al volcar el tren, éste arrastró con todos ellos, incluyendo un restaurante de comida china y un taller mecánico.

 

Minutos después de la tragedia se hizo presente el Ejército Mexicano para acordonar la zona; la conmoción era grande, los gritos todavía se escuchaban, se calculaba de inicio una cifra superior a los 100 muertos, sin embargo las cifras oficiales señalaron un total de 32 fallecidos en el momento más otros 9 posteriores por heridas relacionadas con el accidente, situación que fue considerada como una mentira, pues la improvisada morgue instalada en el Comisariado Ejidal de San Nicolás Tetitzintla recibía los cuerpos que se apilaban en las paredes, junto a costales que contenían los miembros mutilados.

 

Como es lógico la ciudadanía recordó las quejas que por años se habían presentado por los accidentes que provocaba el tren, sin que se pusiera una solución de tajo. El enojo detonó cuando se publicaron las fotografías de mutilados y la clase gobernante de los tres niveles, inició con rapidez la reparación de las vías.

 

El 20 de noviembre, un día después del accidente no hubo desfile, por varios días el descontento siguió creciendo hasta que un grupo de inconformes se opusieron a la reinstalación del ferrocarril amenazando con desmantelar las vías por sus propios medios. El gobierno respondió que se actuaría conforme a derecho si alguien atentaba contra las vías federales de comunicación, situación que envició todavía más los ánimos caldeados.

 

 

Acciones tardías:

La respuesta final frente a la presión de los tehuacaneros fue cancelar la ruta del tren y reasignarla en la periferia de Tehuacán, posterior a ello la Avenida De Las Américas fue rebautizada como Héroe de Nacozari, dándole carpetazo a un accidente.

 

A 22 años de esta tragedia Tehuacán sigue beneficiándose con el ferrocarril, sin embargo quedan muchas preguntas abiertas, que nos hacen cuestionar si un accidente de estas proporciones es un hecho aislado o una cadena de errores, donde responsables y víctimas deben aprender el valioso don del sentido común, porque como dijimos al inicio de este artículo, este hecho fue tan importante que para mal marcó la historia moderna de nuestra ciudad y está considerado como uno de los peores accidentes ferroviarios de Latinoamérica.

 

 

Seguir Historia de Tehuacán:

Somos un conjunto de emprendedores cautivados por la belleza histórica y cultural de Tehuacán Puebla. Hacemos pequeños esfuerzos por difundir a nuestra ciudad y la región como un lugar importante en la historia de México.

Últimas publicaciones de